Todos estos días, hemos estado muy atareados
con la huerta. Aunque continuamos igual, regalos como éste, unas ricas
lechugas, nos animan día a día a seguir sin descanso.
Hace un par de días, nuestra querida Huerta, nos regalo... dos hermosas lechugas, que pudimos degustar de la mejor de las maneras, con nuestros amigos. Una vez más, su sabor, no deja de asombrarnos y deleitarnos. Aunque iba acompañada por otros ingredientes, ellas eran la protagonista.
Testigo de primera mano, fue nuestro precioso dornillo, que hace unos años, nuestro amigo Fernando, todo un artesano de la madera, nos lo enseñó, y nos enamoramos a primera vista. Un utensilio, que con el paso de los años, adquiere más belleza y valor.
Deseando estamos que lleguen la primera cosecha de tomates, para que esta vez sea un delicioso gazpacho el que nos deje sin sentido.
Hace un par de días, nuestra querida Huerta, nos regalo... dos hermosas lechugas, que pudimos degustar de la mejor de las maneras, con nuestros amigos. Una vez más, su sabor, no deja de asombrarnos y deleitarnos. Aunque iba acompañada por otros ingredientes, ellas eran la protagonista.
Testigo de primera mano, fue nuestro precioso dornillo, que hace unos años, nuestro amigo Fernando, todo un artesano de la madera, nos lo enseñó, y nos enamoramos a primera vista. Un utensilio, que con el paso de los años, adquiere más belleza y valor.
Deseando estamos que lleguen la primera cosecha de tomates, para que esta vez sea un delicioso gazpacho el que nos deje sin sentido.
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