jueves, 27 de octubre de 2011

Pequeños Tesoros

Cada tarde, mi niño Pepe y yo, damos un paseito por los alrededores de nuestro campo. Me encanta el ritmo pausado que lleva, deteniéndose en cada vida minúscula o cualquier otra cosa que observe. Sin querer interferir mucho en su mundo, poco a poco le voy enseñando nombres de plantas, animales y todo cuanto se nos cruza en el camino. El otro día, fuimos recogiendo pequeños tesoros que nos brindaba la naturaleza, caracoles vacíos, palitos, restos de cerámicas con colores maravillosos, cortezas....... Pepe alucinaba, sus ojos reflejaban entusiasmo y emoción por nuestro botín. Cuando llegamos a casa, orgulloso de lo que traía, fue inmediatamente a enseñárselo a su querido Papi, Fernando. Haremos un móvil colgante con los palos y los caracoles. En definitiva, reciclaremos  como hicimos con las ollas antiguas. 

martes, 18 de octubre de 2011

La Chumbera

Tanto el palmito como la chumbera, estaban instalados en el campito cuando llegamos. Están justamente al lado de mi querido Níspero, el que nos aportaba sombra y frescura en los días de verano cuando aún no estábamos instalados. Es en estos días, que el olor de sus flores me embriaga y me traslada esos recuerdos. Mi chumbera es majestuosa, y lo mejor es de esa variedad que no tienen púas. Sus frutos son rojos, carnosos y muy dulces. Mi padre me cuenta que mi abuela Ana, cuando vivían en la choza, utilizaba las palas ( tallos transformados) para hacer cataplasmas para la tos y  problemas respiratorios....¡que maravilla de Sabiduría Rural !.

La Lavanda

La tengo en unos de mis arriates... fue la primera planta que planté, me encanta. Su olor te transporta y su color te relaja. Tiene muchas propiedades, pero sin lugar a dudas, llena todo el espacio en el que se encuentra. Ha vivido períodos de sequía, de lluvia.... pero ahí está, sobreviviendo a todo. Suelo colgar ramilletes en el cabecero, o incluso saquitos para perfumar la ropa y espantar a las polilllas.... Simplemente es mi lavanda.


lunes, 17 de octubre de 2011

Nuestra Fauna

La Lola
Hoy os quiero presentar a parte de la familia campera, ocupan un lugar importante en nuestras vidas. Nuestra perrita Lola, fue la primera que se apuntó a esta hazaña rural. Es una mastina impresionante, nos conoce perfectamente y su lealtad nos asombra cada día, le dedicaré un especial, se lo merece. Por otro lado, a nuestro querido Ramón, un personaje, gracioso, tranquilo y entrañable,... es para estar todo el día observándolo. No podemos olvidar a nuestra fugitiva e independiente Wendy, la adoptamos tras vagar por muchos dueños, es muy especial. Y por último, nuestro dúo, Lucas y Lucy dos hermanos hijos de Wendy y que en un principio tenían dueños y terminaron quedándose en casa. Tras mencionar la familia canina, nos vamos a la apícola, gallinas, pavos, patos y pollos. Siempre hemos optado por no ponerles nombres, ya sabéis para evitar sentimentalismos, pero al final no puedes evitarlo, como por ejemplo, la menua ( que en paz descanse), la Pepi, la Gitana, Rodolfo, la Duquesa..... Como veis estamos muy entretenidos.
Wendy y Ramón

viernes, 14 de octubre de 2011

La Sillita de Nea

Esta sillita siempre nos ha acompañado allá donde hemos estado. Ha sufrida muchas restauraciones pero no por ello deja de ser maravillosa. Sentados en ella cada día contemplamos como comen nuestros pavos, como nuestro hijo va descubriendo su pequeño mundo y sobre todo el pasar de los días...............ella será testigo de muchas vivencias que después os trasladaré. A disfrutar.

jueves, 13 de octubre de 2011

Un Flechazo

Tras una búsqueda incesante, por fin lo encontramos. Se dice que todo lo que cuesta trabajo se aprecia aún más, pues quizás fue lo que nos ocurrió cuando llegamos a lo que hoy en día es nuestro Hogar.
En cuanto lo vimos, supimos de todas las posibilidades que tenía y lo maravilloso que sería vivir allí. Un lugar precioso, rodeado de árboles, chumberas, y justamente enfrente un enorme cerro de monte bajo. El campo contaba con una "era", (lugar tradicional donde antiguamente se trillaba el trigo), zona de pastos, con una pendiente considerable y la parte más llana cercana a la era, donde se encontraba la casa, árboles frutales muy antiguos y la huerta. Había mucho trabajo por hacer pero estábamos dispuestos. 
Sin luz, sin agua, toda una aventura. Nos lanzamos por el lugar, por la tranquilidad, pero sobre todo por nuestros vecinos, que hoy por hoy son nuestra familia, a los que adoramos.