Esta sillita siempre nos ha acompañado allá donde hemos estado. Ha sufrida muchas restauraciones pero no por ello deja de ser maravillosa. Sentados en ella cada día contemplamos como comen nuestros pavos, como nuestro hijo va descubriendo su pequeño mundo y sobre todo el pasar de los días...............ella será testigo de muchas vivencias que después os trasladaré. A disfrutar.
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¡¡¡Huuummm! ¿Vivencias confesables?
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