Ya están aquí...... que alegría !!!. Las últimas aguas han contribuido a que nuestras queridas y esperadas tagarninas, crezcan y empiecen a salir por todos lados. En la ladera próxima a nuestra casa, cerca de los olivos centenarios tenemos varios "roales", que en cuanto los ves, te entusiasmas una barbaridad. Es una de las tareas que más me gustan, con una navaja y un canasto, traes a casa el almuerzo . Lo peor es el momento de pelarlas, pues no veas como pinchan. Solemos prepararlas en puchero, revueltas, pero el descubrimiento culinario ha sido, en tortilla de "papas", están "pá matarse". Es sorprendente como cada año sus semillas están a la espera de una oportunidad, para poder germinar y ofrecernos todo un manjar sencillo y barato. A disfrutarlas.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
lunes, 21 de noviembre de 2011
La Huerta


Como no podía ser de otra manera, nuestra huerta recibe visitas, es un paraíso para nuestras gallinas que de vez en cuando se dan una vuelta por si cae algún gusano, hierbecita o algún pimiento. También tenemos algunos visitantes del lugar, los meloncillos, la última vez era una pequeña familia, no podemos olvidar alguna que otra de las vacas que se encontraban en el campo vecino, que toda novedad les encanta. En fin, os iré contando más cosas de la huerta.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Al calor del hogar

jueves, 3 de noviembre de 2011
Zapatos Limpios

En años anteriores, llevaba en el coche un segundo armario, chaquetas, calcetines y como no, otro par de zapatos. A pesar de la odisea, cuando llegaba al trabajo era como si el medio rural invadiera el urbano, a medida que caminaba por el despacho, iba dejado mi particular sendero de barro, jolín. Pero como se suele decir, a todo le llega su hora, y esta mañana he entrado con una sonrisa en la cara, orgullosa de mis zapatos limpios.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
El Tendedero
Cada vez que cogemos el cesto de mimbre cargado de ropa, supone para nosotros un momento de relax absoluto, solo nos preocupamos, en tender la ropa lo mejor posible para no dejar señales y en no pisar a alguna gallina curiosa que pasa por allí, sin olvidar a nuestro querido Ramón, que toda novedad es una aventura para él y la disfruta muchísimo. La mente se queda absolutamente en blanco, os lo recomiendo como terapia.
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