Como si de una lámpara se tratase, nos regalaba retazos de luz que solo ella sabe. Es la primera Luna Llena de Otoño, que nos recuerda que entramos en una estación muy especial, donde todo lo adormecido del verano, comienza a resurgir en estallidos de colores y olores. Época de planificar la huerta, arreglar vallados, preparar la leña, revisar los gallineros y todo aquellas faenas de acondicionamiento para la llegada del duro invierno.
Todo ello acompañado de sus correspondientes productos de la temporada, castañas, nueces, membrillos, y un sin fin de pequeños manjares que te recuerdan las maravillas de cada estación.
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