CAJITAS DE VERDURAS.- La mayoría de las veces el hecho de irse a vivir al campo va acompañado de la ilusión de tener un huertecito. Nosotros formábamos parte de ese grupo, y cuando llegamos aquí enseguida vimos donde estaría ubicado. Este lugar llevaba casi 20 años sin cultivarse, con lo cual teníamos la ventaja que las tierras no habrían sufrido el uso de herbicidas y pesticidas. Pero al ser terrenos muy arcillosos nos quedaba un largo proceso para que tuviese una estructura más apropiada para el desarrollo de nuestras hortalizas. Hemos contado con la colaboración de, nuestras gallinas con su estiércol, nuestros vecinos con su sabiduría transmitida de generación en generación y algunos libros de agricultura ecológica. Hoy en día, no sólo nos autoabastecemos de verduras, sino que los excedentes los vendemos a vecinos y amigos, y así cubrimos gastos.
Nos sentimos muy orgullosos, de que este pequeño sueño se haya hecho realidad.
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