Pues ahí están nuestros pequeños pollitos. Crecen por día. Son todos unos verdaderos supervivientes. Optamos por meter juntos las dos camadas, pues necesitábamos espacio en el otro gallinero, para nuestra pava. Esta parecía que había caído clueca, pero estamos viendo que está un poco desorientada, veremos que pasa. Es como una guardería, los más grandecitos controlan el cotarro, y los más pequeños intentan hacerse hueco. Cuando nos acercamos a la entrada de la huerta, son unos verdaderos saltarines, pues ya saben que alguna que otra hoja de lechuga les llegará. Estamos deseando poder soltarlos tranquilamente, sin que corran ningún peligro (ratas, meloncillos, etc) para que puedan disfrutar por el campito.
A todo esto, no podemos olvidar la labor incansable de nuestro Ramón, observando cada movimiento y sonido, está que flipa......
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