Si algo ha caracterizado este mes de junio, ha sido la recolección de los primeros frutos de la huerta y sobre todo, que nuestras pavas han tenido descendencia.
Hemos tenido días de intensas calores, propias de este mes que comenzamos. Hecho que nos ha recordado, la importancia del agua en estos meses que se avecinan.
La huerta nos ha regalado productos exquisitos y maravillosos. Muchos los hemos consumido en el acto y otros lo hemos guardado en la despensa de invierno, tales como las cebollas y los ajos.
A su vez, hemos contribuido con un granito de arena, en la conservación de la biodiversidad agrícola, guardando nuestras semillas para la próxima temporada.
Cada mañanita, nos ha dado los buenos días, nuesrtro despertador natural, el gallo e invitándonos a un higuito de la higuera ( no hay nada como comerlos en ayunas).
Nuestros perros, ya entran en las tareas cotidianas del verano, es decir, grandes siestas a la sombrita acompañados de las molestas pulgas y garrapatas.
Un mes, donde nuestro cactus da la bienvenida al verano y nos prepara para dos meses de calor intenso y multitud de faenas en la huerta, noches fresquitas en el sombrajito y con un testigo de lujo, nuestro Pepe.
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