Quién no quedaría prendado de esta hermosa Luna que cada mes, nos regala diferentes fases, llenas de belleza y misterio.
Bien es sabido, a través de los siglos y de muchas culturas, la influencia de la luna en nuestra vidas y sobre todo muy ligada al huerto, tanto en su productividad como en la calidad. Nosotros en la siembra de los distíntos cultivos, lo llevamos a rajatabla. Por ejemplo, en la fase decreciente anterior de la luna, hemos echado dos almácigas de cebollas, las cuales ya han germinado, así como las patatas de otoño, que ya están asomando. En primavera, las plantas de fruto como la calabaza, el melón, el tomate, etc, sembramos el semillero en fase creciente.
En toda conversación de buen hortelano, la luna tiene su papel y junto a las estaciones son las que marcan los ritmos de siembras, podas, limpiezas, etc.
Quién no se ha sentido cautivado por ella.
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