Aun todavía nos parece increíble, la fortaleza de estos pequeñines que se aferran a la vida, de una manera sorprendente. Todo comenzó este fin de semana, donde acompañados de un fuerte viento de levante, esperábamos el nacimiento de los huevos, de unos de los nidos que os comenté días anteriores.... Empezaron a salir de su cascarón, y todo era normal hasta que tras nacer unos 8 pollitos, la madre abandonó el resto (4 huevos) y un polluelo "muerto". Eso es justamente lo que en un primer momento pensábamos, que estaba muerto, que penita ver aquella cosita tan pequeña y que todo ese esfuerzo por salir, no había servido para nada.
Fue entonces cuando justamente íbamos a "darle sepultura", percibimos pequeños movimientos, apenas significativos.... uffffffffff, que sensación. Inmediatamente, nos dispusimos a ponerlo en una "mantita eléctrica" (de esas que te pones cuando te duele la espalda), no salíamos de nuestro asombro... Poco a poco, veíamos como empezaba a respirar y que gracias al calor, sus plumitas mojadas, empezaban a adquirir esa forma esponjosa, como de algodón, que cosa más bonita!!!!!!!!. Tras una hora y media aproximadamente, teníamos a nuestro pollito, piando y correteando. Pues bien, la cosa no termina ahí, los 4 huevos que quedaban, decidimos darle calor con nuestra mantita..... imaginaros, todos pendiente de la cajita, del pollito, de los huevos,.... Es impresionante, como incluso desde el interior del huevo, están llamando a su madre (piando). Empezamos un trabajo de investigación, cómo nacen, que utilizan para romper la cáscara (una especie de cuchilla, que le llaman diamante, después desaparece), comportamiento de la madre...etc.
Tuvimos un fin de semana muy entretenido. Deciros, que de los cuatro huevos nacieron tres pollitos más, que su madre los aceptó inmediatamente y que ahora corretean los cuatro con sus hermanos. Conclusión, "gran mantita eléctrica".......