Aun recuerdo, cuando fuimos a recogerla a una vaqueriza cercana a casa. Estaba en un rincón, tímidamente echada y con miedo a lo desconocido. Era una bolita de pelo suave, gordita y sus ojos desprendían pura ternura. El destino quiso que fuera ella, ya que en un principio iba a ser una hermanita suya, pero el perro del vecino la mató. Lola era la única que quedaba por regalar de la camada, digamos que la que ya, nadie quiere...
Como todavía no estábamos instalados en el campo, sus primeros meses, discurrieron entre el campo y un piso, menuda aventura. Cuando llegaba el fin de semana, tanto ella como nosotros, deseábamos llegar al campo. Cuando entrabamos por el carril ya se ponía nerviosa de alegría.
Desde muy pequeña, ya mostraba su carácter dominante, super protectora y sobre todo, pura fidelidad y atención hacia nosotros. Es una perra impresionante, nos conoce a la perfección.
A veces parece como si no pudiera permitirse el lujo, de demostrar su necesidad de afecto y cariño. Sin embargo, en los momentos que ha estado enferma, los ha demandado a raudales.
Siempre en guardia y manteniendo al resto de los perros a su entera disposición, es la jefa sin lugar a dudas. En los períodos de celos y cuando queremos evitar que se quede preñada, la mantenemos alejada del resto (perros), es entonces cuando el ambiente se transforma, parece una fiesta, juegan, están más relajados, etc. De todas formas, su regreso es colmado con caricias y movimientos de rabos.
Su porte es impresionante, enorme, con un pelo de varias tonalidades y una cara hermosa. Verla correr es una de las imágenes más bellas que te puedas imaginar, movimientos sincronizados y perfectos.
Hace honor a su raza, inteligente, mansa, noble, protectora, muy territorial y por la noche es la mejor de las guardianas.
Cuando recibimos visita, al considerarnos como si fuésemos su "rebaño"al que tiene que preservar, siempre tenemos que llamarle la atención para que se relaje un poco. Su relación con Pepe es muy singular, cuando se le acerca le retira la mirada bajo un gesto de timidez, eso sí, muy pendiente de sus movimientos y sobre todo si alguien distinto a nosotros se aproxima a el.
Para nosotros es "especial", nos ha acompañado en los comienzos de esta aventura, ha sido nuestra primera perra, y sobre todo, es nuestra Lola, La Lola.