Uno de los nísperos, concretamente el que está situado al lado de los gallineros y de las tunas, tras varios años sin poder comer ninguno de sus frutos, este año por fin, nos regala verdaderos "caramelos". Las podas que le hemos realizado, las limpieza de las hierbas a su alrededor, o las grandes expectativas que siempre le hemos tenido, han dado su "fruto", nunca mejor dicho. Nuestros antecesores, nos decían siempre que este arbolito, tenía unos nísperos buenísimos, y la pena era que desde que vivíamos aquí jamas habíamos podido corroborarlo. Pues bien, hay un detalle importante y es que no hay nada como comérselos bajo el árbol, saben de forma diferente, será por el entorno, o el placer de saber lo que te comes realmente. Lo cierto es que todas las tardes, nos comemos el postre allí mismo, en compañía de nuestro Ramón y con las gallinas pendiente por si les cae algo.
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