Como todo en la vida, "todo es ponerse". Nuestro hermoso pavo no descansa en sus cortejos y bailes, con el objeto de llevarse a más de una "al huerto". En su harén cuenta con dos pavas, la "abuela" y otra más jovencita. Se pasa practicamente todo el día, detrás de ellas mostrándoles todo sus encantos y pendiente de que nada ni nadie se les acerque. Solo descansa a la caída de la tarde, en el momento de echarles a todos los últimos granos del día.

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